La
inmigración italiana en Argentina
Situación política del país en el siglo
XIX
El siglo XIX encontró a los argentinos en un
suelo fuerte y generoso para que germinará en el la semilla
de la libertad criolla. Desición, garra y patriotismo
altruísta e incolunme determinaron que ya era la hora
justa para declararse libres de España y de cualquier
otra dominación extranjera.
Tambien Argentina pasó por años de
luchas internas y de desordenamientos politicos hasta llegar
a la pacificación nacional. Sobre la nesecidad de una
unión federal, se dictó la Constitución
Nacional de 1853 " para nosotros, para nuestra posteridad
y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo
argentino..." y entre sus artículos, determina en
el art.20 " los extranjeros gozan en el territorio de la
Nación de todos los derechos civiles del ciudadano.Pueden
ejercer su industria, comercio y profesión, poseer bienes
raíces, comprarlos y enajemarlos..." y en el art.25
" el gobierno nacional fomentará la inmigración
europea y no podrá, restringuir, limitar ni grabrar con
impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los
extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar
las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las
artes..."
Inmigración y colonización
Bajo la base del precepto alberdiano"
gobernar es poblar ", se buscó incrementar el interés
de los extranjeros para venir a nuestro país y colaborar
en su progreso social y económico. Las estadísticas
numeran millones de generosos brazos que, sumergidos en el trabajo,
construyeron ciudades e hicieron prosperar los campos desiertos
transformándolos en importantes industrias agrícolas.
A diferencia de los franceses, belgas, ingleses y
alemanes, los italianos no aportaron capitales pero si el esfuerzo
humano y sus ansias de progreso, sin los cuales no hubiera bastado
el dinero de los otros para lograr los objetivos previstos. Pero
su mayor riqueza la dieron en hijos, para esta tierra hospitalaria
que los recibió con el corazón abierto hacia el
progreso
En 1853, mediante un importante plan nacional se
firma contrato entre el gobierno de Urquiza y la empresa colonizadora
de Don Aarón Castellanos. Es así que, con la finalidad
de incrementar la inmigración, el 24 de marzo de 1854
arrivan a bordo del vapor Asunción, al puerto de Rosario,
los primeros extranjeros con sus esperanzas puestas en esta nueva
empresa y el asombro dibujado en eso rostros curtidos por la
desesperación dejada atrás. Entre 1863 y 1869,
entraron al país 94.000 inmigrantes, cifra que hasta 1874
subió a 313.000.
Según datos arrojados por un censo nacional
de septiembre de 1869, de 1.737.000 habitantes, 211.000 son extranjeros:
72.000 italianos; 35.000 españoles; 32.000 franceses;
11.000 ingleses; 6.000 suizos; 5.000 alemanes; el resto pertenecía
a países limítrofes. La actividad laboral se dividía
en 40% agrícola, 30% industrial, y 30% domiciliaria.
Con el objeto de colonizar se dispuso otorgar a
cada colono campos de 100 has., estableciendo zonas que comprendían
extensiones de 400.000 ha. cada una en distintas regiones del
interior. Las subdiviciones proyectadas estuvieron a cargo de
compañías consecionarias y el estado adelantó
los recursos necesarios para su explotación, incluyendo
algunos lotes gratuitos. Al respecto, indicaba un diaro porteños
en esos días: " ¿Se tendrá en cuenta
a nuestros paisanos en este reparto de tierra argentina?. Si
es provechoso e importante dar tierra a los extranjeros para
que ayuden al crecimiento nacional, no menos necesario y justo
resulta entregarlas a los argentinos que ya han pagado con su
sacrificio - peleando en la guerras contra el indio, por ejemplo
- y a quienes por otra parte les corresponde en prioridad por
nacimiento y cariño".
De 23.904 italianos llegados hasta 1874, la inmigración
se redujo en los años siguientes, disminuyendo en
estas proporciones:
1875--------------------9.130 italianos
1876--------------------6.950 "
Pero en 1878 se eleva a 13.514 y en 1879 a 28.
En 1876, el doctor Carlos Pellegrini encontrándose
en Italia, escribía al Dr.Simón de Iriondo - Ministro
de Interior del presidente Avellaneda - : " noto que la
inmigración se desvía de nuestro país por
el esfuerzo de los otros que acordaron viajes gratuitos. Es necesario
producir cada género de sacrificios y ofrecer las mismas
ventajas; en otras partes construyeron los ferrocarriles para
las poblaciones, nosotros debemos formar a la población
para los ferrocarriles " (Informe anual del comisario general
de inmigración-año 1876 pag.10)
El 19 de octubre de 1876, se creó el Departamento
General de Inmigración y la Oficina de Tierras y Colonias,
ambas dependientes del ministerio del interior, encargadas del
poblamiento y desarrollo de las tierras , durante la presidencia
de Sarmiento.
Decía Sarmiento, entre otras cosas: "como
trazo característico de la fisonomía de este país,
podría citarse la confluencia de los ríos navegables
que de todos los puntos del horizonte se encuentran para reunirse
en el Plata y ofrecer dignamente su estupenda contribución
al acéano,que los recibe no sin visibles señas
de turbación y respeto..."."De cuatro siglos
a esta parte la sociedad argentina recibe las multitudes que
por diversas vias remontan el turbulento Plata, después
que el océano les ha arrojado hacia esta bastísima
tierra, como restos de las tempestades se vuelcan en los abundantes
y siempre renovados y múltiples remolinos de la vieja
civilidad, las cuales todavía guardan la visión
histórica de propagar en aquella tierra ignota y desierta
entre las estirpes humanas que hasta ahora han tenido la fuerza
y la dignidad de transmitirse....".
En 1890, la Sociedad Geográfica Italiana
decía :"...los salarios ganados por los trabajadores
italianos...alcanzan para cubrir las necesidades de la vida y
para gente sobria y con condiciones para juntar ahorros como
lo demuestran las grandes y pequeñas fortunas hechas tanto
por italianos que residen allí como por los que regresaron
a su país..."
A partir de 1888 la emigración encontró un reconocimiento
legal que alineó a Italia con las políticas migratorias
del resto de Europa, reconociendo la libertad para ello.Por ley
de 1901, el Parlamento italiano aprobó una intervención
orgánica destinada a reflejarse sobre toda la legislación
sucesiva y protegió los momentos iniciales de la partida
y el viaje, vedando la actividad de los agentes que fueron
sustituidos por los navieros.No obstante los controles y precauciones
tomadas, los resultados no fueron los esperados debido a la incapacidad
demostrada por los organismos diplomáticos designados
a tal fin, que no comprendieron las condiciones y los problemas
que llevaban consigo los emigrantes, debiendo sumarle a ello
la falta de asistencia tutelar en los paises de arribo.Si bien
esta ley no fue adecuada para los intereses emigratorios, dio
lugar a otras asistencias asignadas a asociaciones privadas,
laicas o religiosas, originándose así las llamadas
de Socorro, siendo la más importante la denominada Societá
Umanitaria di Milano, que organizó una red de secretariados
estrategicamente ubicados en las areas de mayor emigración
temporal.El periodo 1880-1930 marca un elevado predominio masculino
de aproximadamente 264 hombres por cada 100 mujeres, fundamentalmente
hombres solos(agricultores,jornaleros,artesanos,comerciantes,profesionales
o no) quienes más tarde se encargarian de recuperar a
los familiares que restaban en Italia, notándose por tal
motivo un fuerte retorno transitorio.La década del 30,
hasta los comienzos de la segunda guerra mundial, se caracterizó
por el reagrupamiento familiar y su asentamiento en una tierra
segura y pacífica..La proximidad de una nueva acción
bélica recalentaba a Europa y desde Italia, como
de otros paises europeos, se reinicia la emigración, esta
vez con predominio de judios italianos, desde pocos meses antes
de que el gobierna fascista promulgara las primeras leyes raciales
y discriminatorias, a las puertas de una impía persecución
nazi.Por entonces comenzaban a ser despedidos de sus actividades
laborales, políticas y militares, no se les permitía
ejercer sus profesiones ni asistir a las escuelas comunes, muchos
de sus amigos prefirieron separarlos de sus núcleos y
la economía hogareña fue cayendo en picada.El racismo
había sembrado sus raices..Desde la alianza firmada entre
Mussolini y Alemania, los partidarios fascistas ejercieron abuso
en la prensa radial y escrita para difundir una campaña
difamatoria y miles de italianos se convirtieron así en
peligrosos judios y sionistas.En junio de 1938 se creó
en Roma la Dirección General de Demografía y Raza,
la cual excluía a los judios italianos de la raza aria.
El 17 de noviembre del mismo año,Vittorio Emanuele III
promulgó el fatídico decreto-ley N° 1728 acerca
de las Dispociciones para la defensa de la raza italiana
que prohibía los matrimonios entre ciudadanos italianos
de raza aria con personas pertenecientes a otra
raza, en clara alución a los judios, e incluía
varios artículos negativos sobre sus derechos a una vida
digna.
Entre 1938 y 1948, fueron miles los integrantes de esta comunidad
que ingresaron a la Argentina, incluyendo a los marginados
de la sociedad por el regimen fascista, los perseguidos cruelmente
por el nazismo y los de post guerra, cuando el entonces presidente
argentino - Juan Domingo Perón impulsó una
política inmigratoria ampliamente superada por la cantidad
de europeos favorecidos por la misma.El 21 de febrero de 1947,
a los 18 horas, en el Palacio Chigi de Roma, se firmó
el Convenio Argentino Italiano Sobre La Inmigración
con el propósito de restablecer la corriente migratoria
entre Italia y Argentina y tomando en consideración los
lazos de amistad, fraternidad y de sangre que unen a ambas naciones
y con el fin de ofrecer a los emigrantes la posibilidad ilimitada
de procurar su propio progreso por medio del esfuerzo individual
sobre la base de igualdad de oportunidades.... (www.italiani-nel-mondo.com/gallo).Este
último período se nutrió con el arribo predominante
de intelectuales, profesionales, industriales, técnicos
y trabajadores diversos, en su mayoría miembros
de la burguesía acomodada.Para algunos constituyó
una emigración atípica y para otros, los italianos
judios, una emigración castigo, pero la mayoría
coincidía en buscar un refugio transitorio y seguro que
no debía durar demasiado tiempo.Si bien en un principio
el gobierno argentino priorizó la necesidad de una inmigración
fundamentalmente de agricultores,el decreto n° 1872 del 28
de julio de 1938 extendía las limitaciones a los obreros
o empleados extranjeros aunque acreditaran un empleo y a los
viajeros de primera clase que poseyeran una visa turística,
la cual estaba sujeta a un permiso de la Dirección de
Inmigración. Esto dio lugar al tráfico de visas
y privilegió a los de buena posición económica,
quienes debieron pagar el favor a funcionarios
consulares argentinos.Pero, acabada la travesía de poder
cruzar el mar, Argentina los recibió amablemente tratando
de paliar la tristeza por lo que debieron perder y alentando
un futuro mejor.
Perfil del inmigrante
Los italianos llegados a Argentina en grandes grupos,
eran laboriosos, de incomparable resistencia y perseverantes,
soportaron los trabajos del campo aún bajo las inclemencias
del tiempo,afrontaron un futuro incierto pero rebozante de esperanza
y se volcaron a la tierra en esfuerzos y simientes.
En 1885 el valor de la tierra en Buenos Aires
era de $10,72 la ha., en 1888 ascendió a $27,33, y en
1897 a $ 36. La alimentación del agricultor italiano era
frugal y se componía de carne, galletas, yerba mate, azúcar,
hortalizas,gallinas,cerdos,leche, papa y productos derivados
de todos ellos, siendo los cuatro nombrados en primer término
los que debían comprar, estimándose un gasto diario
de $0,30 diarios por persona. Vivía rústica
y económicamente, con menos gastos que el local. Constantemente
dedicado al trabajo, solo lo abandonaba para el descanso necesario
o para asistir a misa y a reuniones o fiestas patrias, propias
o argentinas. Era simple y tranquilo, conservaba los hábitos,
vestidura y costumbre de origen y era respetuoso tanto de la
autoridad como de pagar los tributos. En todo momento mantuvo
vivo el recuerdo de su país mientras luchaba por conseguir
el bienestar que ya le correspondía por derecho noblemente
adquirido.
Colonos italianos en Santa Fe
Junto con Don Pedro de Mendoza
arribó al Río de la Plata Bernardo Centurión,
genovés de origen, y junto con el sus ascendientes Doria,
Cattaneo, Fieschi y Grimaldi, emparentados con Papas y
familias patriarcas de Génova.
Luego de la fracasada primera fundación
de Buenos Aires, Centurión se dirigió al Paraguay
donde unió su sangre con la casta guaraní y de
ello nació su hijo Juan de Bernardo, uno de los mancebos
que años mas tarde se alistó con Don Juan de Garay,
participando en la fundación de Santa Fe. Aquí
nacieron sus hijos. Uno de ellos, el clérigo Juan Bautizta
Centurión, pidió que al morir sea enterrado en
la iglesia de San Francisco y allí yace junto a la pila
de agua bendita próxima a la entrada, en la misma tumba
de su padre.
Ochenta años después de la fundación,
arribó a Santa Fe Jerónimo de Rivarola, también
descendiente de genoveses, quién anteriormente habia servido
como escribano de Su Majestad Católica, capitán
o maestre de diferentes naves.
Por muchas décadas Santa Fe la vieja se
vió enriquecida tanto por la sangre italiana como por
su cultura y los objetos de importación que, difundidos
por toda Europa, habían cautivado a los españoles,
llegando a América a través de los mismos colonizadores.
En el siglo XIX Santa Fe se caracterizaba por tener
llanuras extensas y poco cultivadas. Existían escasos
centros poblados y sufrían, en principio, el asedio de
los indios por la frontera norte y el avance de los indeseables
provenientes de la vecina provincia de Córdoba.
La " Provincia Invencible " luchó
tenazmente por progresar y engrandecerse, lograr su temprana
autonomía y defender su derecho a elegir quien los mande.
Cobijó bajo su cielo la primera bandera con los colores
patrios, fué cuna de héroes y federalismo y en
su ceno vió la luz la primera Constitución Nacional.
Bajo el gobierno provincial de Don Domingo Crespo
se inició la ruta de la colonización, porque fué
justamente en Santa Fe donde se fundaron las primeras colonias
agrícolas del país, la mayoría de ellas
entre 1856 y 1890, transformando a la provincia en el "emporio
del cereal".
La provincia de Santa Fe fue pionera en el
área de la investigación.Por decreto del 18.7.1857
se creó la Comisión de Inmigración, con
la finalidad de darle solución a los inconvenientes que
surgieran del traslado y alojamiento de los inmigrantes. Entre
1856 y 1880 se reunieron destacados representantes de las corrientes
colonizadoras de la provincia, tales como Aarón Castellanos,
Carlos Beck, Gessler, Maurizio Frank, Denner, Cabral, Guillermo
Lehmann, Teofilo Román, Crespo, Aldao y muchos otros.
El Director de la Agencia de Emigraciones, representante
de Dn.Aarón Castellanos, en marzo de 1855 distribuía
un folleto titulado Colonización de la provincia
de Santa Fe , a través del cual se les informaba
a los colonos las fechas de embarque con destino a Santa Fe
en buques y veleros nuevos, y el importe que se les adelantaría
para los gastos del viaje así como la cantidad de
alimentos que les suministrarían durante la travesía
y que serían entregados a las personas mayores y a los
niños menores de 10 años.
En cuanto al primer empadronamiento provincial
de 1858, el grupo mayoritario de inmigrantes lo constituía
el de los italianos. Llegaban de distintos paises al puerto de
Buenos Aires (terminado y habilitado recien en 1890), los barcos
de mayor calado desembarcaban en el de Montevideo y los viajeros
eran trasladados a embarcaciones más pequeñas hasta
el puerto porteño, pero como estas no podian arrimarse
a la orilla y quedaban distantes de la costa, se los pasaba a
canoas o carretas grandes que los transportaban en tierra firme.
Ya en Buenos Aires, se alojaban en el hotel de los inmigrantes
por un tiempo necesario y luego, los que no tenian destino, quedaban
en la misma ciudad, generalmente en los conventillos o inquilinatos.
Este tipo de edificios proliferaban entonces, tambien en nuestro
litoral, preferentemente en las partes viejas y en las proximidades
al puerto local, instalados en una situación casi promíscua
y deplorable.
En la capital santafesina, los que ya tenian destino asignado
se alojaban previamente en la Villa de Guadalupe(hoy barrio santafesino)
ocupando la estanzuela del general Pascual Echagüe, para
luego ser derivados al lugar definitivo.
Cómo consecuencia del contrato entre el
gobierno nacional y Don Aarón Castellanos, se fundó
en 1856, Esperanza, primera colonia agrícola y madre de
futuras colonizaciones. Marca sin duda la calidad de los primeros
colonos que la ocuparon , a pesar de las dudas que existían
sobre la llegada de los inmigrantes, a tal punto que no se habían
preparado los ranchos como estaba convenido y no se compraron
todos los animales prometidos ni todas las semillas necesarias.
Incluso el mismo Castellanos no fué para el grupo más
que un intermediario, cuya única actuación fue
la del emprasario que contrató a los inmigrantes y luego
se desvinculó legalmente de la colonia.
Las malas cosechas a causa de las sequias o de
las lluvias abundantes eran, en un principio, un escollo para
un avance rápido y próspero, pero ya en 1882
Esperanza era un pueblo importantísimo, con una dotación
de 765 familias entre los que se encontraban 1.000 italianos.
Si bien los primeros años ocuparon viviendas precarias
establecidas por el gobierno provincial en las 200 conseciones
que este habría delineado, después de 1860, los
colonos edificaron sus propias viviendas sin intervención
oficial, alambraron sus terrenos, arbolaron y multiplicaron sus
ganados y cosechas.
Cada concesión debía estar ocupada
por cinco personas mayores, unidas o no por lazos familiares,
considerándose adultos a partir de los 10 años
de edad
Además de las labores agrarias, algunos
implementaron pequeñas industrias relacionas con su actividad
o se dedicaron a la fabircación de carbón.
Contaron además, con dos intérpretes
para allanar los inconvenientes lingüísticos : Adolfo
Lopman en la colonia y Alejandro Lamothe en Santa Fe.
San Carlos fue la segunda colonia fundada en Santa
Fe por la empresa colonizadora de los señores Beck y Herzog,
en 1859, con familias italianas provenientes en su mayoría
de Piemonte y Lombardía, quienes compraron la tierra con
la condición de establecer 200 familias. Los contratos
estaban compuestos por una serie de artículos a traves
de los cuales se les entregaba a cada familia " un terreno
de 20 cuadras, como 93 jornales suizos o 33 ha., los materiales
necesarios para la construcción de un rancho, 4 bueyes
mansos, 2 caballos, 4 vacas lecheras con su cría y dos
cerdos, los víveres necesarios hasta el valor de 60 pesos
o 300 francos por persona adulta..., las semillas necesarias
para sembrar el terreno..." Los colonos a su vez, se obligaban
bajo apercibimiento de perder todos sus derechos a cultivar sus
conseciones según lo acordado, a entregar a la administración,"
en estado de exportación " la tercera parte de su
cosecha durante 5 años consecutivos a partir del 1 de
junio siguiente a la llegada a la colonia, a entregar a los 5
años la mitad del aumento de las 4 vacas y su cría,
dos de los terneros recibidos al mismo tiempo a dividir a su
vez el producto de los cerdos, a someterse a las autoridades
establecidas y observar escrupulosamente los reglamentos introducidos.
Al cabo de los 5 años, la familia quedaba dueña
absoluta de " su conseción de 20 cuadras, de todo
aquello con que la haya dotado, de todos los animales, menos
los que deberá entragar a la administración ".
Además, gratis y en partes iguales debía
donar el terreno necesario para los caminos. En 1872, tenía
1.024 italianos y este número fue aumentando de año
en año.
Entre otras colonias que le seguían en importancia,
encontramos a San Jerónimo, fundada en 1858 por Don.Ricardo
Foster, quien poseía gran extensión de tierra entre
Esperanza y San Carlos, ocupándola aquellos colonos que
desertaban de las localidades vecinas. En 1870 Mauricio Franck
fundó la colonia del mismo nombre, en un terreno de 3
leguas que poseía, próximas a Santa Fe, subdividiéndolas
en lotes de 33 hectáreas vendidas en $500. Otra en importancia
en cuanto a la cantidad de pobladores, eran Santa María
Norte , Candelarias, Pilar, Presidente Roca, Colonia Aldao,Fidela,
Galvez, etc., con más cantidad de italianos, que aunque
no aportaron capitales, convirtieron en activa una importante
porción de la pasiva riqueza argentina.
Hasta 1883 la provincia se encontraba dividida
administrativamente en 4 Departamentos: La Capital, Rosario,
San Jerónimo y San José. El censo de 1858 indicaba
que en ellos habitaban 36.957 extranjeros y 4.304 argentinos
y el censo nacional de 1869 arrojaba las siguientes cifras :
extrajeros = 75.178, argentino.13.939.
En 1883 la provincia realiza una nueva división de Departamentos,
de esta manera:
La Capital se divide en : La Capital
Las Colonias
Rosario se divide en :
Rosario
San Lorenzo
Gral. Lopez
San Jerónimo, en:
San Jerónimo
Iriondo
San José(hoy Garay) en:
San José
San Javier
El denso provincial de 1887 informaba: 136.177 extranjeros y
84.215 argentinos, siendo Las Colonias el Departamento que presentaba
mayor densidad de población extranjera.
Por ley del 31.12.1890 la provincia se eleva a 18 Departamentos,
subdividiéndose así:
La Capital: San Justo
San Jerónimo: San Jerónimo
Vera
San Martín
Las Colonias: Las Colonias
Iriondo : Iriondo
Castellanos
Belgrano
San Cristobal
San Javier : San Javier
San Lorenzo: San Lorenzo
Reconquista
Caseros
Gral.Lopez : Gral Lopez
Constitución
El 30.10.1907 se sancinaba la última división creándose
el Departamento 9 de Julio con partes de los de Vera y San cristobal.
Don Nicacio Oroño, gobernador de Santa Fe
entre 1865 y 1868, desarrolló importantes acciones en
beneficio de la inmigración y colonozación, con
un excelente grupo de colaboradores. Así, por ejemplo,
el decreto de 1864 establecerá que el gobierno facilitará
útiles de labranzas, ganado, rancho y carne diaria durante
el primer año a los colonos, quienes estarán exceptuados
del servicio militar y del pago de contribuciones de cualquier
tipo .
Debido a constantes problemas sociales de una población
cosmopolita perteneciente a distintas religiones, a la cual se
le impedían los casamientos de personas de diferentes
religiones y a los efectos de evitar que los mismos se agudizaran
aún más, del Ejecutivo surgió el proyecto
de Matrimonio Civil que la Cámara sancionó el 25
de setiembre de 1867. A esta se sumó la ley de cementerios,
que pasaban de ser administrados por la iglesia a la administración
civil, pero tanto la iglesia como la oposición lucharon
por todos los medios hasta lograr que tal medida fuera anulada.
La misma ley de Matrimonio Civil fue retornada e implantada nuevamente
recien en 1888
Durante el gobierno de su sucesor, Dr,Simón de Iriondo,
se fundaron varias colonias en la provincia, preocupándose
con igual intensidad de colaborar con los colonos comprando semillas
de trigo, considerando que les resultaría imposible su
adquisición privada. Los granos serían distribuidos
a un precio justo, que abonarían con la cosecha próxima.
En 1880 dictó una ley que obligaba a los vecinos a la
extinción de la langosta.
En 1872, el inspector nacional de las colonias
agrícolas, Don Guillermo Wilcken, suministró a
la Comisión Central de Inmigración, un informe
según el cual, en la provincia de Santa Fe extían
en el mismo año, 31 colonias con una población
de 13.737 habitantes, siendo la más poblada la de Bernstrandt
fundada en 1870 a unos 25 km.de Rosario, la que al poco tiempo
tenía ya 2000 habitantes, seguida en importancia por San
Carlos con 1992 habitantes y luego Esperanza.
En la memoria oficial sobre el estado de la colonias
de la provincia de Santa Fe de 1877, constaba que " en 15
años las colonias de Santa Fe han hecho aumentar el rendimiento
de la provincia de 60.000 pesos hasta 600.000 pesos oro, sin
contar el enorme valor que han adquirido los terrenos y el impulso
dado al comercio en general. Córdoba posee 6.964 leguas
cuadradas de territorio, Santa Fe posee 3.660. Córdoba
tiene 240.000 habitantes, Santa Fe 89.000; como se ve, Cordoba
tiene el doble de población y de extensión territorial
que Santa Fe;pero no obstante, Santa Fe tiene el doble de rendimiento
de la provincia de Córdoba. A que se debe todo eso ?,
a la inmigración y a la colonización. Santa Fe
se dedica a la inmigración y a fundar colonias y por añadidura
funda 37 colonias que llevaron sus rentas de 60.000 pesos a 600.000
pesos oro; Córdoba comienza a tentar apenas la inmigración
y la colonización...".
En el segundo período de gobierno de Simón
de Iriondo, el 12 de abril de 1878, tuvo lugar la primera exportación
de cereales. Del puerto de Rosario salieron 6 veleros de ultramar
con 4.500 toneladas de trigo procedentes de la colonia Candelaria.
Al respecto decía el presidente Avellaneda : " la
presencia de nuestros cereales en Europa es el acontecimiento
capital de la época. Debe ser festejado por una fiesta
nacional. El presidente irá y presentará los 40.000
colonos de Santa Fe a la expectación del mundo. Será
llamada la fiesta del trabajo o la fiesta nacional del cereal
".
Según informaba Bialet Massé
,entre otras cosas," en el sur y centro de la provincia
de Santa Fe la agricultura a invadido cada cosa, y la exuberancia
de ella es tanta que ha invadido su vecina provincia de Córdoba
por centenas de leguas; aquellos no puede llamarse poder, son
leguas y leguas de poderes que ni siquiera al paso veloz de la
locomotora, se recorren en un dia y una noche. Ella es, de cada
cosa la segunda población de la República,
numerosísimos centros urbanos, ciudades en formación,
barrios de colonos casi desolados y viejos tugurios de la antigua
factoria lejana de cada centro, recordando el pasado próximo
de Santa Fe desierta, con la factoria pobre y exparcida en su
extenso territorio, con la sola riqueza y único elemento
de vida...".
A fines de 1800 y principios de 1900, los
progresos de la República Argentina superaban los cálculos
mas optimistas y la masa de inmigrantes acrecentaba sus biene
ya que el país dependía en gran parte de la mano
de obra de las corrientes inmigratorias, cuya población
ganaba salarios que le alcanzaban para cubrir las necesidades
de la vida y acrecentar sus ahorros, así lo demostraron
" las grandes y pequeñas fortunas hechas tanto
por italianos que residen allí, como por los que regresaron
a su país...", según informó en 1890,
la Sociedad Geográfica Italiana.
Santa Fe despuntaba al siglo XX en una situación
de privilegio social, económico y cultural y era considerada
granero de la República . El gobierno de
Doctor Rodolfo Freyre Relizó obras importantísimas,
tales como las fundaciones de las Sociedades Rurales de Santa
Fe y Rosario y el puerto de ultramar en la capital provincial,
entre otras cosas.
En 1902, la pérdida de la cosecha significó una
gran disminución de las recaudaciones por lo que, dando
eficaz cumplimiento a la ley provincial de ayuda 1122 y con una
administración honrada y enérgica, la provincia
recuperó el crédito y aumentó la cotización
de sus títulos. Esto significó un importante empuje
para el progreso de las colonias y, entre otras medidas importantes,
se iniciaron las obras del puerto de Rosario, se crearon más
hospitales, se canceló una deuda de más de 10 millones
de pesos entre el Banco Provincial y el Banco Nación,
se erigieron numerosas escuelas, se ampliaron los ramales ferroviarios
para favorecer el transporte agrícola, se fundaron nuevas
colonias y se dictó la ley 1142 para el fomento agrícola-ganadero
que contó con un fuerte incremento en la producción.
Durante los gobiernos que le sucedieron al Dr Freyre se tomaron
importantes medidas administrativas, aumentaron las lineas ferroviarias,
surgió un nuevo partido político denominado
La liga del Sur y se consolidaron otros.
Sancionada la ley nacional de eleccciones 8871, llamada Ley Saenz
Peña, Santa Fe fue su primer campo de experimentación.
En 1914, durante la gobernación del Dr.Manuel J.Menchaca,
estalló la primera guerra mundial afectando la economía
nacional, siendo una de las medidas importantes de entonces la
prohibición de algunas exportaciones
(entre ellas harina y trigo) que perjudicaron a la provincia,
fundamentalmente por la paralización del comercio de ultramar
como consecuencia de la guerra submarina. Las recaudaciones volvieron
a ser insuficientes y se acrecentó la falta de trabajo
por el conflicto europeo., escasearon o desaparecieron los productos
de los comercios y los precios experimentaron fuertes alzas.
Todo esto dio origen, en Santa Fe, a las cocinas populares y
campamentos con jornales de alimentación
que cubrían las necesidasdes mínimas, con una extructuración
de horarios y pagos de jornales de trabajos: 3 horas para los
hombres solteros a $ 0,80 el jornal, 6 horas para los casados
sin hijos a $ 1,60 y 9 horas para los casados con hijos a $ 2,40.
La inmigración entre 1915 y 1917 fue negativa, los italianos
ya radicados en estas tierras retornaron a su Patria para cumplir
con las obligaciones cívicas, enrolándose nuevamente
en el ejercito italiano.
Ya en el período de posguerra se reinició la corriente
migratoria, siempre con predominio de italianos y españoles.
Varios fueron los gobernadores y políticos santafesinos,
descendientes de inmigrantes que velaron por la provincia y por
los intereses de aquellos que la engrandecieron.
Durante la crisis del 30 la provincia no fue ajena a sus repercuciones
y la situación económico-financiera impactó
fuertemente en la agricultura y la ganadería, a lo que
la fuerza de los italianos que la poblaban, mancomunados con
los naturales del lugar, supieron hacer frente.
Entre 1920 y 1930, en el grupo de los italianos se destaca una
mayoría masculina pero ya en la década del 30 se
originaron los reagrupamientos con la llegada de esposas e hijos
y el retorno de aquellos que lo hacían acompañados
de sus flamantes esposas.La población rural comenzó
a desplazarse hacia los centros urbanos, fundamentalmente desde
el sur y centro hasta el oeste y norte. |